jueves, 5 de agosto de 2010

Entrevista

Amputación por diabetes:
    
             Una historia real…
  En la cama numero 462, del hospital San Juan de Dios, se encuentra la señora Lizbeth E. González Hernández. Ella cuenta con 52 años de edad, a punto de cumplir 53 en este  noviembre proximo. Encontré a la paciente, acostada, con un semblante de tristeza en sus ojos color café, pero con una alegria en su voz que contagiaba. 
  Ella me contó  que se encuentra internada desde el 29 de junio de este año, que había sido ingresada por quinta vez en lo que va del año. La causa, una infección en el muñón que le quedó, luego que le amputaran la pierna izquierda casi en su totalidad. La amputación que ella había experimentado era la llamada infracondilia, que es una amputación de algún miembro inferior bajo la rodilla, o bajo los cóndilos. La altura a la que se la dejaron fue a 10cm bajo la rodilla izquierda.
  Ella nos cuenta su historia:
Buenas tardes, ¿cómo le ha ido? ¿Por qué está ingresada?
  Bien, muchas gracias. Estoy aquí, por la diabetes que se me complicó. Y por varias amputaciones.
¿Desde cuándo está ingresada?
 Desde el 29 de julio, pero, se puede decir que desde el 17 de abril, porque he estado saliendo y entrando del hospital desde ese día. Ese fue la primera vez que ingresaron.
¿Qué padecimientos tiene, aparte de la diabetes?
  Presión alta, que ya esta contralada, gracias a Dios. Y un poco de anemia, que me quedó luego de las operaciones.
¿Tenía algún síntoma, antes de la amputación?
 La verdad no. Si se refiere a la amputación, solo dolor. Nada más.
 La diabetes ¿Produce síntomas?  
 Si. Mucha sequedad en la boca, a veces se me quitaba el hambre, tenía mucha sed, me dolía la cabeza, me sentía, a veces bien, a veces mal… no me sentía muy alegre por épocas  
¿Ahora siente algo?
  Si, dolor por la amputación, los hilos que me dejaron picas y descosen un poco, dicen los doctores que es porque esta sanando la herida. Además, otras veces, como que siento el pie y la pierna que no tengo, a veces me pica, o siento que me andan como hormigas en el “pie” por los dedos que no existen. Dicen las personas es que eso se llama síndrome del miembro fantasma y que voy a sentir dolor en la pierna, que ya no tengo, o que voy a sentir cosas… Es frustrante, pero no puedo hacer nada por eso-
Ahora que es una persona con una amputación, ¿Ha cambiado su vida?
Claro. En todo aspecto. Para caminar, para hacer las cosas que hacía antes sin ayuda. Ya nada es como antes, por ahora. En este momento me ayudan en la casa, hacen las cosas que yo hacía. Me siento un poco mal por eso, pero sé que en algún momento voy a volver a ser la misma persona de antes. Esto me ha dado una visión diferente de la vida y la veo con más felicidad y entusiasmo.  
Me alegra escuchar eso. Ahora, me podría decir ¿cómo fue todo el procedimiento?
  Bueno. La primera vez vine para que me quitaran dos deditos del pie izquierdo (los doctores les llaman ortejos… así que decían que me amputarían el 4 y 5 ortejo). La amputación de los dedos (u ortejos como ellos dicen) me la cuidaron en la casa, ya que decían que estaba bien. Llegaban a mi casa unos doctores para curarme, pero iban solo dos veces por semana. A mi hijo le dijeron que tenía que curarme todos los días, limpiarme la herida y ver que todo fuera bien.  
  Pasó como un mes, y decían que todo iba bien, hasta que se dieron cuenta que los dedos vecinos (el 3 y 2 ortejo) estaban infectados. Me ingresaron y decidieron que tenían que amputar de nuevo. Pero los doctores, dicen que por estética y función, decidieron que me quitarían los tres dedos, para una mejor movilidad.
  Me operaron y, unos tres días después, me dieron la salida. Me mandaron a la casa en una ambulancia. El señor que me llevaba iba solo, así que, al llegar a mi casa, me dijo que apoyara el pie para subir, que no pasaba nada. Mi casa es de gradas en el corredor y subí todo eso apoyando el pie.  
  En la noche me dolía mucho, sentía como si me apretaron la herida. A la mañana siguiente, me revisaron y vieron que la amputación estaba infectada, tenía los puntos reventados y salía pus. Me llevaron a emergencias, en donde me volvieron a ingresar.
 Varios días después, los doctores hablaron con mi familia y les dijeron que la opción que quedaba era amputar hasta debajo de la rodilla. Todos aceptaron y me ingresaron a quirófano de nuevo. La amputación que me hicieron, dice, estaba bien, y me dejaron salir del hospital como dos días después de la operación.   
  En mi casa, pase unos días. Unas vecinas me prestaron silla de ruedas y una silla para poder bañarme. Todo bien, hasta que me caí y me volví a abrir la herida. Me ingresaron de emergencia al hospital con una pequeña hemorragia. Me pasaron a cirugía esa misma noche.
Los días pasaron y, como las veces anteriores, me mandaron rápido para la casa. Pasó un tiempo y, el día que tenía cita en la clínica de amputados, cuando la doctora me vio, dijo que tenía que ingresarme de nuevo, porque la herida estaba infectada… Así que desde ese día estoy aquí, con antibióticos intravenosos y orales.
  Se escucha muy doloroso todo el proceso, pero la veo muy bien, se ve alegre y estable. Eso es bueno.
  Si, dicen que hay que estar sin muchas preocupaciones para poder mejorar más rápido.
  Una última pregunta. ¿Qué expectativas tiene?
  Espero que me pongan una prótesis para poder volver a caminar y hacer lo mismo que hacía antes. Quiero salir pronto del hospital.
  Muchas gracias por su tiempo, y espero que se recupero lo más pronto posible.
 
  Deje a la señora, en la cama, esperando por un rico café…

    La entrevista se realizó el día 3 de agosto por la tarde. Días después, me entere que a ella la pasaron de nuevo a sala para limpiarle mejor y cortarle tejido que estaba infectado…

                                                                                        Jorge L. Retana González

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